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Prosopagnosia

Del griego prosopon  que significa «cara» y agnosia  que es la «ausencia de conocimiento», también llamada ceguera de rostros, consiste en la dificultad para distinguir una cara conocida. El paciente sabe que lo que está viendo es una cara, pero ha perdido la conexión entre lo que ve y la parte de la memoria que se dedica a la identificación. Lo que hace son reconocimientos deductivos por el tono de voz, el color del pelo, las gafas, la ropa… pudiendo llegar a no ser conscientes del problema que tienen.

El termino fue acuñado por el médico J. Bodamer en 1947, quien describió dos casos de esta singular alteración perceptiva y la definió como «la interrupción selectiva de la percepción de rostros, tanto del propio como del de los demás, los que pueden ser vistos pero no reconocidos como los que son propios de determinada persona”.

Respecto a las áreas cerebrales implicadas en su aparición, inicialmente se aceptaba que una lesión del hemisferio derecho era suficiente para producir prosopagnosia (Hecaen y Angelergues, 1962). Según esta hipótesis, la prosopagnosia se debe a una lesión unilateral derecha que podría estar ubicada principalmente en el lóbulo occipital, pero también podría ubicarse en el parietal, en el temporal, o en diferentes combinaciones: témporo-occipital o parieto-occipital (Cole y Pérez, 1964). Sin embargo, más recientemente Damasio y col (1982) plantean la necesidad de una lesión bilateral y simétrica de ambos hemisferios cerebrales.

La principal causa son las lesiones cerebrales bilaterales provocadas por un accidente cerebrovascular, por un tumor cerebral y, en menor medida, por traumatismos craneoencefálicos o por infecciones que afectan al Sistema Nervioso Central. No obstante se han descrito casos de prosopagnosia de origen congénito. En los casos de prosopagnosia adquirida muy rara vez aparece como una afectación aislada, sino que suele acompañarse de otros déficit en el reconocimiento de estímulos visuales (identificar y distinguir colores, reconocer objetos lejanos o que están en lugares inusuales, dificultad para reconocer objetos reales o imágenes, etc.),

Una de las prueba que se utiliza para evaluar este déficit es el Test de Reconocimiento Facial de Benton (emparejamiento de caras en posición de frente, emparejamiento de cara en posición de perfil y emparejamiento de caras en posición de frente bajo condiciones de iluminación diferentes).

 

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